lunes, 29 de marzo de 2010


Detalle:


Derrotando a la momia ¿Seguir así? Ni ser mi propio patovica prohibiéndome el paso por pelo largo o sin zapatos; tengo un zapallo. Viento o un tonel, de hueso, espesuras de residuo, osario o sea… un día destinto, distingo “un otro”, no puedo hablar, manuscrito, no puedo hablar manuscrito; el zurdomudo no oye ni es yo al asfalto de un recién posible esplendor. Decir eólico, lituano, vos mi muñequita a mano: no, ni lejos oh palor. Gracias. El irreferente cruza el aplauso sin dejar pasto a los camellos a su paso. En la cama parado. Se aduerme. Seña un logro, saca la Ñ a tomar Aira: por eso es mujer y no Aire. Si Gorjes nunca ve poder; poder puede, sí; barniza su cetrino impacto y claudica a la sanción y como punido por su propio pin, alisa lo que dije. Calculín sueña abolir la H y la Ñ, y ya no la herencia: ser ñoqui. Hay que poner la cabeza en la tierra, niandú, y los huevos en el grito. Agatas comerse las heces, en Rosario. Sta. Fe. R.A. S. XXI.

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