lunes, 9 de noviembre de 2009

En la categoría “Rubia”: pura genialidad. Ésta ni tragaba ni escupía. Ni existía. Irrelevante como suicidarse, es lo mismo un judío que un mosquito. Ayer me desperté con una terrible erudición. Podía citar versos enteros de Leconte de Lisle, fragmentos de Villiers de L'Isle-Adam, divertimentos de la mano de Gourmont, sonetos de Cross, vértigos fijos de Rimbaud, vulverías de Verlaine, recordaba fecha y lugar de nacimiento de T. Bernhard, Tristand Bernard, Shaw, T.S. Eliot…incluso lo más curioso, la formación argentina en todos los Sudamericanos del 40: De la Mata, Charro Moreno, Rinaldo Martino, Sastre, Distéfano Saeta Rubia, Tucho Méndez… las estaturas del platel del Central campeón del 87, minucias del reglamento de Basket, como cuándo son tres tiros, cuándo dos, decenas de declinaciones alemanas, más de 300 nombres de desaparecidos, ayer denominados N.N. En fin, para qué seguir. Con el correr de la mañana, todo se olvida; un bálsamo. Boludo Comprendido > Boludo Incomprendido Boludo Comprendido < Boludo Incomprendido “¿Quién es Papalardo?” No quererse, no querer a nadie, no querer nada; o bien: que hagan una revolución total – fisiológica – en el campo de la filosofía [acá itálicas]. Porchia vor. Si hoy – cuerpos reídos – cambio de amo: el rizoma que tapa al árbol. Destérrito de este rito: hablemos de sexo – que raja tu rito - . La vida en (es) alguien que ríe durmiendo en otro lado. Mientras no haya una piedra callando. Boludos que se dedican a la adivinación de “mis deseos” (ob. cit.), creen en que leen: Y encuentran un trauma al azar. Al asar un trauma, pidiendo un costillar, domingo a las 3 para no seguir contando películas que ya cansaba; dejar que el dedonismo, anticuario diluviano del punto y coma, ponga en un manto y olvide de olvido que la sociología se histeriza y a quién le importa.

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