viernes, 4 de septiembre de 2009


Piglia abusa del rapé y mira a alguien – tan difícil es que seas vos – y si a mí Nelly, Omar, me mima como asiduamente me mima, es un decir de mirar: su voz mi vejez ola de un psicótico (“Jack” Lacan) con suerte: prohibido intro ducir bicicletas. Mi abuelo “fui feliz” antes de morrir murrió repitiendo: “los planteles y los placeres”.

- Los planteles y los placeres, los… (como oscilante)

El enanismo no-Elena. Pianta el último átomo, el Chevrolet de Asimov. “Asimos la vida para hacerla, todo libro se escribe…”

Piglia, vos, el rapé: un yo-rugua, mistongo, papusitas. Punto y coma, Piglia, G.I.T. Mi agitación no se trata de leer el Quijote (Marechal): ahora siendo un troll, el peronismo de Internet, Eya, Piglia, lo amenazo por e-mail: ¿Qué hay si vos quiero a Piglia? Él aduce: (a vos) “Lo de tu abuelo, daría historias”. Mi abuelo, sí, fue, antiperonista editor del Martí Fierro, un M.F. duro ilustrado tapa imitación madera, como imitación madera era, mi abuelo como yo: autores de este. Esa mirada tuya entre el vidrio, en 25 de Mayo y San Martín que jamás narrará Nelly Omar, mercedes sosas las que Io escribo. Detrás del vidrio empañales. P. se da el saque, previo, presto se pone, otroga, ortoga, para la conferencia. Cuenta esta historia que mi Abuelo fue el primero en decirlo: “Tus pechos son de violetas para la conferencia”. Pero de Violeta me olvidé, Nelly. Y Omar. El fumo, ahora sí, otorga: “Sólo me queda la angustia de mimar”. Buena noche.



El asado de sarlo se hace al gusto peronista, madérico. Continuidá del Parqué como chiste.
- Tuve tantas viudas dice Sarlo. Y al cesarlo…ah…cuando Yor no escriba… el pasto que escribirá su paz. La DICTADURA. MI MAMA. MAMAME. VÍDELA. MAMADA CON ANÍS. Somos dos – Sarlo la que habla – los poetas de Soldini: yo que no conduzco y aquel el cuadriplégico: que es conducido. Nada deduce. -. La Señora K (el “AMO”), conurbabilidad de su todopoderosa. El Alperindongui. Alperindongui. Uno de los primeros heterónimos, héteros de Papalardo (Ante tí me humillo, al revés de Carlos Beach). Sarlo hace oídos blandos de Carlovich. “Son boludeces para Sebreli”. Marianela de Pérez Galdós, deslumbrante, rabona, la escritura no se marcha (Más Célebri). La displicente mirada de Piglia, decomisario de todo potencial-Carlovich, se relame de relativizar hasta su intrascendencia. Finalmente todos nos saludamos. ¿Te agustado Cesarlo? – peta Piglia. A vos.

- Mientras sea un ratito, ta’ bien. Yo espero a mi Amo, la Seño. Suena Nelly Omar y todo vuelve a su antiguo espectoral esplendo.





Uno de los Grandes Proyectos Papalárdicos: Poner a Prueba las Grandes Tesis del Murdo.

[Se hará explícito en otra ocasión.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario